Pathfinder – Rise of the Runelords

Lo primero que quiero decir es que si no has jugado esta campaña y pretendes jugarla en algún momento de tu vida no sigas leyendo, te estropearás toda la diversión.

Cuando conocí Pathfinder me pareció impresionante. Llevo muchos años como Jugador y los mismos como Director de Juego, pero nunca había dirigido D&D, si bien si he jugado mucho a AD&D y a D&D 3ªed y algo menos a D&D 3.5. Así, como decía, cuando conocí Pathfinder, me cautivó. No solo la calidad de su manual y sus reglas, sino todo el material extra disponible el cual puedes usar si te apetece. Las cartas y mapas, a mí personalmente, me resulta de gran ayuda.

De este modo, y tras leer el manual y la campaña Rise of the Runelords (El ascenso de los Señores de las Runas), comencé a dirigirla. Las sesiones de juego están bastante espaciadas ya que mi veterano grupo de juego no permite reuniones tan frecuentes como en la adolescencia, pero intentamos quedar al menos una vez al mes.

El ascenso de los Señores de las Runas. Paizo©

El ascenso de los Señores de las Runas. Paizo©

La primera sesión de juego (tras un par de sesiones introductorias para que este master novato se haga con las reglas) ha sido el comienzo de la campaña (que si no, jejeje). Para los que no conozcan como funcionan las campañas publicadas de Pathfinder, estas están divididas en 6 libros o capítulos de unas 100 páginas y cada capítulo está dividido en varias partes.

Así pues…

Capítulo 1: Ofrendas ardientes

Parte 1: Festival y Fuego

Antes de comenzar la aventura propiamente dicha una pequeña charla con cada jugador les introduce en el por qué de su estancia en Sandpoint (Puntarena). Cada uno tiene sus propias razones, las cuales no revelaré aún por si está leyendo esto alguno de mis jugadores.

Bienvenidos a Cala Arenosa.

Bienvenidos a Puntare a.

El Festival del Colibrí

Durante el año 4702 AR se produjo un incendio en el pueblo costero de Puntarena. El incendio comenzó en la iglesia y se propagó arrasando varias edificaciones de la parte alta del pueblo.

Siete años después, nos encontramos en el otoño del 4707 AR, es el 22 de Nova, el día del Solsticio de otoño y en Puntarena se celebra el Festival del Colibrí, durante el cual se va a consagrar la nueva catedral dedicada a los seis dioses más venerados en la región.

Las gentes del pueblo muestran un carácter festivo que se traduce en diversas competiciones, entre las que destacan el tiro con arco, la lucha, las carreras de sacos…

Multitud de personas han viajado al pueblo para disfrutar del festival, asistir a la consagración de la nueva catedral, o ambas cosas.

Entre los asistentes se encuentran: Korokota, un enano guerrrero que, atraído por la competición que vio de niño que se lleva a cabo en la taberna de La Mixina, se ha estado preparando durante toda su vida y viene dispuesto a reclamar su premio; Little Hill Jump, un monje humano que, aunque proviene de una tribu, posee familia noble en el pueblo; El-Richal, un halfling bardo que, habiendo oído que el teatro de Puntarena rivaliza en magnificencia con los de Magnimar y Karvosa, ha decidido probar suerte escribiendo al dueño del teatro y que, al no recibir respuesta, ha venido a hablar en persona con él; Elio, un clérigo Aasimar que ha venido para asistir a la consagración de la catedral; y Aren, un guerrero semielfo que se ha consagrado a la protección de la región frente a los frecuentes asaltos goblin.

Durante toda la mañana se desarrolló todo con el ambiente festivo propio. Los aventureros pasaron por el pueblo disfrutando de la música, la comida y sus gentes.

El-Richal, aprovechó la mañana para acercarse al teatro y hablar con Cydak Drokkus, el dueño. Desgraciadamente, este tenía un día muy ocupado, con una actuación a la noche incluida, y no contaba con el tiempo necesario para poder hacerle una audición.

Quién mejor pareció aprovechar su tiempo fue Korokota, que se dirigió a su ansiada competición e inscribir su nombre junto al de los otros veintiocho campeones en la tablilla de madera que cuelga de la pared de La Mixina. Por una pieza de plata compró su plaza para participar en el arriesgado reto de beberse de un tirón un barril de una supuesta agua que, solo por su olor, color y viscosidad, haría vomitar a la mayoría de los hombres (e incluso a algún que otro orco). Tras ganar la competición y embolsarse 21 pp y lograr el reconocimiento de todos los que se hayaban en la taberna, se dirigió hacia la zona habilitada para la lucha. La competición consistía en un rey de la pista con la posibilidad de alardear durante el resto del día como premio.

El rey de la pista  en el momento de su llegada era un granjero llamado Elhvis. Mordió el polvo rápido. Con Korokota como nuevo rey de la pista, su siguiente contrincante sería un fornido guarda que, en mitad de la lucha, tuvo la mala suerte de tropezar y caer de bruces. Tras levantarse cubierto de sangre y con dos dientes menos, decidió retirarse. Vista la suerte de sus dos contrincantes, nadie quiso unirse a la competición y el enano quedó como rey de la pista invicto.

Al medio día llegó la comida de manos de las principales tabernas y posadas. Un año más, ninguna pudo rivalizar con la cocina de Ameiko Kaijitsu, de la posada de El Dragón Oxidado.

Tras varios discursos y una agradable tarde otoñal llegó el momento esperado, la consagración de la Catedral. Entonces es cuando comenzaron los problemas. En el preciso momento en el que el Padre Zantus se aclara la garganta, tras lanzar una pequeña piedra de trueno para llamar la atención de los asistentes, se escucha el grito de una mujer. Instantes después otro grito, después otro. Una explosión y extrañas voces agudas y chirriantes.  Los goblins están atacando el pueblo.

Asalto goblin a Cala Arenosa. Paizo©

Asalto goblin a Puntarena. Paizo©

¡Goblins en las calles!

Los aventureros se apresuraron a luchar contra la amenaza. El primer goblin murió rápidamente a manos del enano. El segundo se subió a un carro con el fin de ganar algo de altura, pero no le sirvió de mucho. El tercero podría haber sido un buen oponente si no hubiese estado llenándose los bolsillos con las frutas de una carreta.

Tras el primer asalto llegó el segundo. Cuatro nuevos goblins, tres de ellos cargados con antorchas y con intención de prenderlo todo. El cuarto era un Cantante de Guerra que crispaba los nervios con sus canciones.

El comportamiento de los goblins tiende a ser bastante ridículo e inquietante a la vez. Un goblin intenta saltar de un tejado para caer sobre su víctima, falla y se rompe el cuello. Otro lanza su antorcha con intención de prender a una madre que huye pero la antorcha cae sobre otro goblin y le su armadura sale ardiendo.

Los cuatro nuevos goblins resistieron algo más que los del primer asalto. El Cantante perdió su voz gracias a la intervención de El-Richal, que mediante un hechizo de bardo le dejó mudo. Aunque la peor parte se la llevó Little Hill Jump que terminó desangrándose en el suelo. Por suerte fue salvado por Elio después de que todos los goblins fuesen pasto de los cuervos.

Lo que podría haber pasado si no hubiesen eliminado a los goblins. Paizo©

Lo que podría haber pasado si no hubiesen eliminado a los goblins. Paizo©

¡Muere, perro, muere!

Tras eliminar esta nueva amenaza podían oírse ruidos de lucha, peticiones de ayuda a la guardia y gritos y cantos de los goblins por las calles. Los aventureros corrieron a ofrecer su ayuda. Al este de la posada de El Ciervo Blanco, dos Comandos Goblin, montados sobre sus perros goblin, junto a tres goblins atacaban a Aldern Foxglobe, de profesión, noble. Una vez más la intervención de El-Richal fue inestimable. Sus hechizos de bardo dejaron paralizados a los goblins y solo tuvieron que rematarlos.

Goblin Comando matando al perro de Aldern Foxglobe. Paizo©

Goblin Comando matando al perro de Aldern Foxglobe. Paizo©

¡Victoria!

Los jugadores han vencido el asalto goblin y Aldern les dice que se pasen por la posada de El Dragón Oxidado para hablar con ellos y, quizás, recompensarles como es debido por salvar su vida.

 

Para finalizar os dejo el plano de Puntarena como extra.

Cala Arenosa. Paizo©

Puntarena. Paizo©

3 Comentarios

  1. Darío

    Korokota for ever!!!

    Felicidades por el post.

  2. Muad'dib (Publicaciones Autor)

    Gracias Korokota!!! jejeje 😉

  3. Uriel

    Así da gusto.
    Un reportaje genial.
    Quien quiere un bardo teniéndote a ti… ja, ja…

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