El desafío de los 30 días

La semana pasada a sabiendas de que no iba a estar en casa en todo el fin de semana intenté adelantar días del desafío para dejar las publicaciones programadas en el blog, entonces se me acumularon unos 100 exámenes para corregir y el cansancio hizo mella. El jueves no tuve tiempo para escribir la entrada correspondiente por la tarde. El sábado, tras salir del trabajo mis amigos me secuestraron para una borágine lúdica durante todo el fin de semana. Finalmente, ayer domingo, agotado tras dormir poco, comer y beber mucho y jugar muchísimo más, no tuve fuerzas para ponerme a escribir. De hecho, los exámenes siguen estando ahí para corregirlos y ha llegado una nueva remesa.

De modo que finalmente y con todo el pesar de mi corazón creo que tendré que interrumpir el desafío. Es una pena porque me estaba divirtiendo mucho pero cuando no hay tiempo, no lo hay.